Riesgos Psicosociales, Salud Mental y su impacto en el Trabajo
- Matías Velasco
- 22 may 2020
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 1 jun 2020

La salud, la calidad de vida y el bienestar laboral dependen en gran aparte de características ambientales, contextuales y culturales. En este contexto, los riesgos psicosociales laborales son entendidos como todas las situaciones y condiciones del trabajo que se relacionan con el tipo de organización, el contenido del trabajo y la ejecución de la tarea, los cuales tienen la capacidad de afectar, en forma negativa, el bienestar y la salud (física, psíquica y/o social) de las personas y sus condiciones de trabajo.
Cuando los factores de riesgo se presentan de manera sostenida en el tiempo, o de manera puntual pero con una alta intensidad, generarán estrés, lo que, dependiendo de las características de las personas, puede generar diversos problemas de salud, ya sean psicosomáticas, del comportamiento o directamente enfermedades mentales.
Adicional al inminente riesgo de gatillar enfermedades en los trabajadores, la presencia de riesgos psicosociales genera una serie de efectos negativos para la organización, como una disminución en el compromiso de sus trabajadores, aumento de ausencias, mayor rotación, mayores riesgos de accidentes por descuido y la baja en la productividad laboral, fenómeno conocido como “presentismo” y que se asocia a altos costos ocultos en la organización.
Protocolo de vigilancia de Riesgos Psicosociales en Chile: SUCESO ISTAS-21
Sobre este contexto en Chile rige el Protocolo de Vigilancia de Riesgos Psicosociales, protocolo establecido diseñado por el MINSAL y la SUCESO, denominado SUCESO ISTAS-21. Este protocolo tiene como objetivo principal identificar la presencia y el nivel de exposición de todos los trabajadores a los riesgos psicosociales, a través de una metodología que establece un estándar mínimo de salud del ambiente psicosocial laboral para las empresas del país. La aplicación de este protocolo depende del sistema mutual al cual cada organización esté adherida, y el seguimiento de dicha medición dependerá de los niveles de riesgo detectados. Las intervenciones correspondientes que se deriven de dicha evaluación dependerán, sin embargo, de la organización en cuestión.
La evaluación a través del protocolo SUCESO ISTAS-21 se realiza a través de un cuestionario de 21 preguntas que se agrupa en 5 dimensiones, a saber:
Exigencias Psicológicas: Tensión y desgaste emocional a causa de la realización del trabajo
Trabajo Activo y Posibilidades de Desarrollo: Sentido, importancia y satisfacción personal y profesional que significa la realización del trabajo
Apoyo Social en la empresa: Calidad del apoyo de compañeros y jefaturas para la realización del trabajo
Compensaciones: Retroalimentación, reconocimiento y valoración explícita de la realización del trabajo
Doble Presencia: Preocupación por asuntos domésticos que interfiere en la realización del trabajo
La evaluación entregará resultados en cuanto a la prevalencia e intensidad de riesgos para cada dimensión. Según el grado de riesgo, la organización deberá reevaluar cada 12, 24 o hasta 48 meses, haciéndose cargo, en el intertanto, de la gestión de los riesgos identificados.
El abordar el riesgo psicosocial implica darle el mismo tratamiento preventivo que se aplica a los aspectos higiénicos, ergonómicos o de seguridad:
Identificar los riesgos
Medirlos
Priorizarlos
Diseñar e implementar acciones preventivas desde la organización
Evaluar la efectividad
Sin embargo, el diseño de intervenciones es responsabilidad de cada organización, y la SUCESO podrá, a lo largo del tiempo, fiscalizar que se estén tomando medidas o no, previo a la reevaluación formal que corresponda.
Estrés en el trabajo y Riesgos Psicosociales
Cuando hablamos de estrés en el trabajo, estamos hablando de una respuesta de alerta que se genera como resultado de la exposición a riesgos psicosociales. El estrés es un sistema de alerta que se activa con respuestas de índole psicológicas y fisiológicas, y deriva de la percepción de un desequilibrio entre un estímulo ambiental y los recursos que se dispone para su enfrentamiento. Este sistema de alerta es inespecífico, por lo que influyen las características personales para su manifestación como síndrome. Es importante diferenciar el concepto de estrés como estímulo externo (estresor o estresógeno), como efecto en el organismo (efectos psicológicos y/o fisiológicos) y como proceso (interacción dinámica).
Para los efectos del protocolo de Riesgos Psicosociales, se comprenderá el estrés como efecto mediador de la exposición al riesgo psicosocial y las consecuentes patologías de orden físico y/o mental. Esto es, como respuesta a los riesgos psicosociales, y como origen de la enfermedad física y/o mental.
Existen diversos modelos que identifican factores específicos que gatillan estrés. Para efectos del protocolo ISTAS-21 los factores específicos que reportan estrés en el trabajo son:
Falta de control sobre el trabajo (autonomía, participación, uso y desarrollo de habilidades),
Carga de trabajo (cantidad, complejidad, presiones de tiempo),
Funciones (o disfunciones) de rol (conflicto, ambigüedad),
Relaciones inarmónicas con los demás (acoso, apoyo social, reconocimiento),
Perspectivas de desarrollo (promoción, precariedad, degradación),
Clima y cultura (estilos de comunicación, estructura jerárquica, equidad)
Conciliación (falta de) trabajo-vida.
Otros modelos psicosociales avocados a la comprensión del estrés en el trabajo hablan de la interacción entre variables de Control y Demanda, así como otros incluyen también las variables de Recompensa y Esfuerzo. Dicho esto, el modelo basal de la ISTAS es un modelo comprehensivo e integrado.
Cuando se habla de estrés y/o neurosis laboral se debe tener en cuenta que los síntomas de estrés son inespecíficos y no constituyen una entidad nosológica precisa. En ese sentido, el estrés no corresponde a un diagnóstico de enfermedad, sino que representa un síntoma, así como un factor de riesgo de enfermedades, de accidentes, de abuso de alcohol, inclusive de mayor mortalidad. Desde la perspectiva laboral, el estrés constituye el principal factor de riesgo de neurosis profesional.
Dentro de las causas de la neurosis laboral los riesgos psicosociales más comunes son:
· Sobrecarga laboral.
· Hostilización.
· Menoscabo de funciones.
· Ambigüedad de rol.
· Ausencia de medios para ejercer el cargo.
· Subcarga laboral.
· Falta de capacitación.
· Conflicto ético.
¿Por qué es tan relevante la evaluación de RPS y su relación con la salud mental?
Una de las grandes temáticas trabajadas en la primera (y hasta ahora única) encuesta Nacional de Condiciones de Empleo, Trabajo, Salud y Calidad de Vida, ENETS (MINSAL, 2011), son los síntomas de los trabajadores Chilenos. En esta encuesta, se observó que la sensación continua de cansancio se reporta como un problema de salud altamente frecuente en hombres y mujeres, lo que es concordante con las largas jornadas de trabajo. Asimismo, aparece sintomatología relevantemente alta como son el sentirse tenso o irritable y sufrir dolores de cabeza.
Respecto a los hombres, las mujeres refieren con más frecuencia estar afectadas en este ámbito de salud mental, cifras estadísticamente significativas, al igual que las diferencias entre los más jóvenes y los grupos intermedios de edad.
La inseguridad laboral asimismo es uno de los más importantes estresores laborales, dado que influencia sentimientos, actitudes y conductas que interviene en el desempeño laboral. En Chile, según la primera encuesta nacional de empleo, trabajo, salud y calidad de vida de los trabajadores y trabajadoras en Chile (MINSAL, 2011) el 22% de los trabajadores en Chile sienten que están en un trabajo inestable.
El aumento en el número de atenciones de salud mental o enfermedades relacionadas con el estrés se debe a una multiplicidad de factores sociales, culturales y económicos. Según la OIT (OIT, 2012), varios factores son los que inciden en el incremento del estrés, dentro de los cuales podemos encontrar:
El cambio de las funciones que implican muchas veces trabajos “polifuncionales” y de mayor demanda mental que física,
El crecimiento explosivo de la economía hacia el sector servicios,
Las transformaciones en la organización del trabajo donde emergen empleos con jornadas parciales, empleos transitorios, subcontratación y nuevos sistemas de remuneraciones,
La incertidumbre, inestabilidad laboral, falta de claridad,
El boom tecnológico y el rediseño de los puestos de trabajo.
La realidad chilena en el ámbito de enfermedades profesionales de salud mental ha sufrido importantes cambios derivados del aumento de la demanda, lo que se ha dado especialmente en los últimos diez años, creciendo en un promedio de 34% al año.

En datos específicamente de la ACHS, se puede ver el aumento constante de las enfermedades profesionales de origen de salud mental, en donde en el año 2003 las enfermedades profesionales de salud mental correspondían al 3% del total de enfermedades, para luego aumentar a un 8% el año 2008 y a un 30% en el año 2014.
Asimismo los casos de salud mental acogidos representan un 85% de los días perdidos por

enfermedades profesionales, siendo de las enfermedades profesionales la primera en cantidad de días perdidos. Al igual que con el aumento de casos, se puede observar con datos 2015 de la ACHS que el aumento de días perdidos por enfermedades profesionales de salud mental también ha ido en aumento de manera drástica.
Abordaje Legal y normativo de las enfermedades mentales en el trabajo
En Chile, la Neurosis Ocupacional es la única enfermedad de origen psiquiátrico que la ley de accidentes y enfermedades profesionales (Ley 16.744) reconoce como de origen laboral. Esta enfermedad genera pérdidas y costos económicos no sólo para el trabajador, sino también para las empresas y para la sociedad. De acuerdo con dicha ley y su reglamento, para determinar la existencia de una enfermedad profesional se requiere:
· Que sea incapacitante (temporal o permanentemente), o bien, que pueda causar la muerte.
· Que sea causada directamente por el trabajo u oficio que la persona desempeña.
· En el caso de las neurosis profesionales, se define como factor de riesgo la “tensión psíquica excesiva”.
A partir del año 2005, se modificó el Decreto Supremo N°109 (DS N°109), con la introducción del Decreto Supremo N°73 (DS N°73), a través del cual se explicitaron los diagnósticos que anteriormente se consideraban genéricamente como “neurosis laborales”, debido a la generalidad del concepto y al hecho de que en la clasificación internacional el término “neurosis” ya no existía. En este sentido, el DS N°73 aclara que: “Las neurosis profesionales incapacitantes pueden adquirir distintas formas de presentación clínica, tales como Trastorno de adaptación; Trastorno de ansiedad; Depresión reactiva; Trastorno de somatización; Dolor crónico.” (Ministerio del Trabajo y Previsión Social, 2005)
Como factores de riesgo, el decreto mantiene la definición amplia del DS N°109 “todos los trabajos que expongan al riesgo de tensión psíquica y se compruebe la relación de causa a efecto”. Asimismo, se aclara que “los efectos mentales derivados de un accidente del trabajo son atendidos como parte del tratamiento integral de recuperación de dicho siniestro (efecto post-traumático)”.
Se desprende de la ley y sus decretos que la “Neurosis laboral” se genera como respuesta a la exposición del trabajador a un riesgo psicosocial que genera estrés psicosocial y que el estrés psicosocial es el conjunto de procesos y respuestas fisiológicas, emocionales y conductuales ante situaciones que son percibidas e interpretadas por el individuo como amenaza o peligro, ya sea para su integridad biológica o psicológica. La amenaza puede ser objetiva o subjetiva, aguda o crónica. Lo crucial es el componente cognoscitivo de la apreciación que el sujeto hace de la situación.
Dado que no existen criterios clínicos generales en manuales de diagnóstico clínico como son el CIE-10 o el DSM-V para el diagnóstico de “neurosis” de origen profesional, y dada la imprecisión del concepto “tensión psíquica excesiva”, es que el Hospital del Trabajador ha desarrollado los siguientes criterios para diagnosticar una neurosis profesional:
El cuadro clínico aparece en relación directa con factores específicos del trabajo u oficio que la persona desempeña.
Se requiere que los factores o agentes sean propios del puesto y de las condiciones de trabajo.
La evaluación clínica permite estimar que, sin la presencia de la situación o factor estresante específica, el trastorno no se hubiera presentado.
Se excluye la exacerbación o recurrencia de un trastorno mental preexistente.
El relato directo del paciente no es suficiente para hacer el diagnóstico; debe obtenerse información del lugar de trabajo.
El diagnóstico es producto de un juicio clínico fundado, que considera la historia personal, el examen del paciente y otras fuentes de información complementarias


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