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7 pasos para construir un lugar de trabajo mentalmente saludable

  • Foto del escritor: Matías Velasco
    Matías Velasco
  • 22 jun 2020
  • 3 Min. de lectura

Una buena salud mental permite a las personas desplegar su potencial, lidiar con el estrés de la vida y el trabajo, ser productivos y contribuir a sus comunidades de manera satisfactoria. Sin embargo, el incremento de enfermedades mentales es asombroso. A nivel global, una de cada cuatro personas en el mundo se verá afectada por problemas de salud mental en su vida, y al menos 300 millones de personas sufren depresión. Se estima que los costos directos e indirectos de salud mental son cerca del 4% del GDP global; esto es más que el costo del cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas en conjunto.

Las consecuencias económicas de una mala salud mental son significativas. Un estudio del Foro Económico Mundial y Escuela de Salud Pública de Harvard estimó que el impacto global acumulativo de las enfermedades mentales en términos de pérdida de productividad sería de 16,3 trillones de dólares, entre el 2011 y el 2030.

El Costo de la pérdida de productividad


El resultado de no tratar adecuadamente los desórdenes mentales de los trabajadores y sus familiares resultan en pérdida de productividad en el trabajo, menores tasas de participación laboral, pérdida de rentas imponibles, aumento de accidentes laborales, incremento de rotación laboral e incrementos en pagos de beneficios y seguros. Seis de cada 10 personas dicen que los problemas de salud mental afectan su concentración en el trabajo y se estima que en Reino Unido se pierden cerca de 70 millones de días laborales al año por concepto de salud mental.

La depresión es la primera causa de incapacidad laboral, tanto en el mundo como en Chile. En Chile, específicamente, se estima que en promedio cada trabajador pierde 10 días de trabajo al año por problemas de salud mental.

Hay una creciente evidencia del impacto negativo que tiene el estigma, en que las personas busquen ayuda y diagnóstico oportuno. Por ejemplo, un estudio canadiense mostró que solo un 50% de las personas le diría a sus amigos o compañeros de trabajo respecto de una enfermedad mental de un familiar, comparado con un 72% que compartiría información respecto a un cáncer, y un 68% respecto de un familiar con diabetes.

La buena noticia es que la evidencia muestra que tratar la ansiedad, la depresión y otros trastornos mentales, son mecanismos costo eficientes en la promoción de bienestar y prosperidad.

Por cada peso que se invierte en depresión y ansiedad, se puede esperar un retorno de 4 en mejor salud y capacidad productiva. Esto es positivo para los individuos, sus familias comunidades y la sociedad en su totalidad.

Los empleadores pueden ser agentes de cambio. Los factores de riesgo de estrés pueden ser modificados y un clima organizacional que promueva el bienestar y la creatividad pueden ser desarrollados, si es que adoptamos las políticas hacia las necesidades de los individuos.

Qué pueden hacer los empleadores?


Los expertos en salud mental del mundo corporativo, civil y académico han sido convocados por el Foro Económico Mundial, como parte de una agenda global de Salud Mental. De ella se desprenden las siguientes acciones claves para desarrollar ambientes de trabajo mentalmente saludables:

  • Acción 1: Tenga en cuenta el entorno del lugar de trabajo y cómo se puede adaptar para promover una mejor salud mental para usted, sus colegas y la organización.

  • Acción 2: Aprenda de las motivaciones de los líderes organizacionales y empleados que han tomado medidas.

  • Acción 3: No reinvente las ruedas, tenga en cuenta otras empresas que han tomado medidas y cómo.

  • Acción 4: Comprenda las oportunidades y necesidades de usted y sus colegas para ayudar a desarrollar mejores políticas para la salud mental en el lugar de trabajo.

  • Acción 5: Tome medidas prácticas para ayudar a su organización.

  • Acción 6: Averigüe dónde ir si usted o un colega necesitan ayuda.

  • Acción 7: ¡Empezar!




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